viernes, 26 de agosto de 2011

I'm sorry, I can't be perfect


I’m sorry, I can’t be perfect



Por un momento dejé de escuchar sus palabras, punzantes, como si de chuchillos afilados se tratasen, chocando contra mi pecho sin ningún tipo de compasión.
No parecía muy por la labor de querer acabar aquella discusión, porque seguía metiendo el dedo en la llaga, echándome en cara todos los problemas que en realidad le atormentaban a el mismo.

Llegó el momento en el que mis gritos tapaban los suyos, subí las escaleras hacia el pasillo, derribando todo lo que encontraba a mi paso con rabia e ira, entré a mi habitación, pero no conseguí cerrar la puerta ya que el lo impidió interceptando su brazo entre el marco y la puerta.

-¡No te vayas cuando te estoy hablando!-Como si de un huracán se tratase irrumpió en mi habitación, gritando.
-¿Sabes qué? Creo que no tenemos el mismo concepto de hablar, tú no hablas, gritas.-Le escupí las palabras en la cara con el mayor odio que una persona puede sentir.
-Eres una desgraciada, sabía que tenías que parecerte a tu madre…

Susurró las palabras sin romper el contacto visual, ese fue el colmo de los colmos, grité, pataleé como una niña pequeña y con todas mis fuerzas hice que saliera de mi habitación empujando su pecho, cerré la puerta de un portazo y me llevé todas las cosas de mi mesilla por delante, golpeé el espejo de la pared hasta dejarlo hecho trizas y finalmente me apoyé en un lateral de mi cama, hasta terminar sentada en el suelo, llorando de la impotencia que sentía.

No me entendía, nunca lo había hecho, nunca había tenido consideración alguna hacia mi, ni se había molestado en preguntarme cómo me sentía cuando mi madre falleció teniendo seis escasos años, tampoco aprobaba cualquier acción que yo realizase, ni se interesaba por nada que tuviese algo que ver conmigo.

Lo que más me había dolido aquella noche, era que mi hermano, una vez más, no se había interpuesto en nuestra pelea, ni siquiera había pronunciado palabra alguna cuando papá agarró mi brazo y me zarandeó gritando cosas horribles.

Escondí la cabeza entre mis manos, deseando desaparecer de aquella casa para siempre, deseando que mi madre estuviese allí para impedir todo lo que ocurría desde su marcha.

Dos toques en la puerta me hicieron levantar la mirada, para encontrarme con mi hermano en el marco de la puerta, pude ver sus ojos suplicantes, para que no me enfadara con él, sabía que cuando mi padre había vuelto a bajar al salón había intentado hablar con él y no había salido bien parado.

Se acercó a mí, observando los destrozos de mi cuarto, aquel cuarto repleto de posters, de fotos, de recuerdos…
Intenté alejarme un poco cuando se sentó a mi lado, pero lo impidió encerrándome entre sus brazos mientras pegaba su cara a mi cuello.

-Lo siento, Julie…-Asentí devolviéndole el abrazo con más fuerza.

No podía culpar a Dougie de nada, sabía perfectamente que él había estado muchos años en mi situación, y que aun así nuestro padre seguía sin apoyarle en nada, pero al ser más mayor que yo lo llevaba de una manera diferente.

Lloré como si me fuera la vida en ello, necesitaba desahogarme y soltar todos esos sentimientos que guardaba bajo llave en mi interior para que nadie pudiese verlos.

-Sabes que no le tienes que tener en cuenta… él es así.-Pero las palabras de mi hermano, en aquel momento no me ayudaban demasiado.
-No lo entiendes… no puedo más con esto, necesito sentirme útil, quiero hacer algo que de una vez por todas le parezca bien…-Susurré entre sollozos.
-Maldita sea Julie, aprende a vivir con ello, es un idiota, jamás aprobará nada de lo que hagamos…-Dejó caer su cabeza apoyándola en el colchón de mi cama, mientras cerraba los ojos fuertemente, en el fondo sabía que él se sentía exactamente igual que yo.

Mi padre siempre había sido un modelo a seguir, era un hombre admirable para el resto del mundo, o al menos para los que nos rodeaban, había sacado una familia con dos niños y sin madre, también había sacado adelante su gran discográfica, trabajando día y noche duramente, nos había dado lo mejor que podíamos pedir… una casa magnifica, juguetes y caprichos…
Sin embargo nunca nos había proporcionado nada de cariño, ni había mostrado el más mínimo amor hacia nosotros.
¿De qué servían los juguetes, las ropas y los demás caprichos si nadie se molestaba en regalarnos un poco de cariño?

Por suerte, Doug y yo habíamos sabido arreglárnoslas desde que éramos dos micos, pero con el paso del tiempo las cosas se habían complicado, habíamos llegado hasta este punto, este tipo de discusiones que se repetían casi a diario.

-¿Por qué no?-Me preguntaba mi hermano mientras comíamos en la barra de la cocina un par de ensaladas con pollo, papá estaba trabajando, como de costumbre.
-Es una locura… sabes que no lo apr…
-Que no lo aprobaría, ya lo sé, y tú también lo sabes, pero tienes que demostrarle que no te importa lo más mínimo lo que él piense de ti…
-No voy a dejar que me pisotee una vez más, y menos delante de toda esa gente, no me humillaré yo sola..
-Nadie te ha dicho que lo tengas que hacer sola, yo estaré contigo.-Me sonrió

Lo medité durante unos minutos, a decir verdad era demasiado cobarde como para salir ante toda la gente de la discográfica y decir lo que realmente pensaba… pero si mi hermano estaba conmigo las cosas cambiaban.

-¿Y cómo…-De nuevo, me interrumpió
-Sabes cual es la manera, díselo a través de la música, haz que de una vez por todas se de cuenta de lo que vales, Julie…
-Prométeme que tú también participarás…
-Te lo prometo.


Dougie y yo nos las habíamos arreglado para conseguir participar en las actuaciones de la cena de la discográfica, obviamente nuestro padre no estaba al tanto de esto, ya que estábamos seguros de que no lo habría permitido.

Podía escuchar como todos los presentes estaban sentados en sus correspondientes mesas, hablando tranquilamente sobre los artistas que saldrían a actuar aquella noche, y mis nervios aumentaban conforme iba pasando el tiempo.
Hasta que llegó nuestro momento, ambos cogimos las guitarras y nos dirigimos al pequeño escenario, por supuesto nadie sabía que actuarían los hijos del mismísimo dueño hasta que salimos al escenario.
Habíamos estado un tiempo hablándolo, con un simple acústico dejaríamos todo lo que sentíamos bien claro… la canción escrita por nosotros mismos, desde lo más profundo de nuestros sentimientos.

La cara de incredulidad de nuestro padre era inexplicable, pero seguimos adelante y presentamos nuestra canción.

Me senté junto a mi hermano en el taburete, colocando los micrófonos mientras mi corazón iba a cien por hora… había llegado el momento.
Doug me dedicó una mirada tranquila y serena, y comenzamos.

Hey dad look at me
Think back and talk to me
Did I grow up according to plan?
And do you think I'm wasting my time doing things I wanna do?
But it hurts when you disapprove all along

Todo el mundo posó la mirada en mi padre unos instantes, para después continuar mirándonos a mi hermano y a mi.

And now I try hard to make it
I just want to make you proud
I'm never gonna be good enough for you
I can't pretend that
I'm alright
And you can't change me

'Cuz we lost it all
Nothing lasts forever
I'm sorry
I can't be perfect
Now it's just too late and
We can't go back
I'm sorry
I can't be perfect

Podía percibir los murmullos de algunas personas, y las miradas alentadoras de otras, que nos animaban a continuar con aquella canción tan personal.

I try not to think
About the pain I feel inside
Did you know you used to be my hero?
All the days you spent with me
Now seem so far away
And it feels like you don't care anymore

And now I try hard to make it
I just want to make you proud
I'm never gonna be good enough for you
I can't stand another fight
And nothing's alright


A medida que la canción pasaba los ojos de los espectadores se volvían más brillantes de lo normal, tanto mi hermano como yo pudimos admirar como la gente sonreía orgullosa de nosotros, de nuestra valentía y nuestra fuerza.

No malgasté ni un segundo en mirar a mi padre hasta que llegó el final de la canción, Dougie dejó de cantar, solo tocaba, cediéndome a mi casi toda la atención.

Por un momento creí que no lo lograría, la voz se había quedado estancada en mi garganta, no era capaz de articular palabra alguna.

Me levanté de mi taburete, con la guitarra entre mis manos y posé mis ojos en los suyos, tan fríos como de costumbre, pero no me importó,
Todo el mundo observaba atentamente, sin pronunciar palabra, comencé a cantar la última estrofa de nuestra creación, sin cortar el contacto visual con mi padre, aguantando mi mirada dura, demostrándole que era fuerte, que era capaz de cualquier cosa, y que sin duda alguna, yo, no me asemejaba a él, en nada.

'Cuz we lost it all
Nothing lasts forever
I'm sorry
I can't be perfect
Now it's just too late and
We can't go back
I'm sorry
I can't be perfect


Todo el mundo estalló en aplausos y vítores, miré a mi hermano orgullosa de lo que ambos acabábamos de conseguir, este se levantó dejando atrás su guitarra y me abrazó con fuerza mientras yo le susurraba al oído miles de gracias, uno tras otro.

Vimos a papá aplaudir, no había rastro de felicidad en su cara, pero si admiración en sus ojos, abandonamos el escenario y salimos de allí sin pararnos a hablar con nadie.

-Lo has conseguido Julie… -Agarré la mano de mi hermano mientras caminábamos por la calle.
-Lo hemos conseguido.-Le corregí.

A partir de ahí dejamos de depender de mi padre, no necesitábamos su aprobación para saber que clase de personas éramos, salimos de aquella casa con la intención de no pisarla nunca mas, la relación con nuestro padre no mejoró ni empeoró, lo que si pasó, fue que depositó un poco más de confianza en nosotros, y con aquello nos bastó.

Nota: Todo el merito se lo lleva la canción, que es capaz de transmitir todos estos sentimientos, y hace que puede meterme en el papel, ya que yo doy gracias a que mi padre fue una persona increíble

jueves, 25 de agosto de 2011

Believe in me



Believe in me

No niego que no me gustaría sentirme bien… pero creía tan lejos la idea de poder estar a gusto conmigo misma que yo sola me mentalizaba de que aquello era imposible para mi persona.

¿Pero quien dice que las cosas no pueden cambiar en el momento menos inesperado?

Sigo pensando que alguien la creó para ayudarme y sacarme de la rutina en la que mi vida había caído.

No tenía esperanza alguna de salir de aquella experiencia bien parada.
Y es increíble lo que puede afectar en ti, como puede entrar en tu vida sin que puedas impedirlo y te ayude de una manera tan confortante.
Y quiero hablar de eso tan especial para mí, aquello que me ayudó tanto.

Porque a día de hoy me siento orgullosa de mi misma, de conseguir todo lo que conseguí, de salir de aquel agujero y poder disfrutar de los pequeños detalles de la vida sin necesidad de preocupaciones que anteriormente me atormentaban día a día.

‘’ No había dormido bien, como todas las noches de esta última semana, el sudor bajaba por mi frente y mi cuello, me deshice de mi camiseta de pijama rápidamente y alcancé una toalla que había colgada en el pomo de mi puerta para secarme.

El insomnio podía conmigo, y frecuentemente los ataques de ansiedad me hacían parecer aun más demacrada cuando los rayos del sol filtraban por mi ventana.

Me acerqué al baño de mi madre con sigilo procurando que esta no se desertase, ya que el único baño de la casa que disponía de cerradura y pestillo era aquel, el mío había sido sustituido por un gran agujero.

Me senté en el suelo, frente a la taza del váter, sujetando mi cabeza entre mis manos temblorosas. Tenía ganas de llorar y no puse impedimento alguno a las lágrimas que comenzaban a caer por mis pálidas mejillas.

Y lo hice… comencé a vomitar, vaciando las pocas sustancias que mi cuerpo contenía.
Era la única forma de sentirme algo mejor…

Mamá gritaba al otro lado de la puerta, golpeándola para que abriese, pero no me molesté en levantarme del suelo, simplemente me apoyé contra la pared del baño, alejada del espejo.
No quería ver mi reflejo…

-¡Abre la puerta, Amber, por favor!

No contesté, escuché los pasos de mi madre alejarse por el largo pasillo, y bajé mi mirada hasta encontrarme con las baldosas azules del suelo.
Se había rendido, y se había marchado, una vez más, dejándome sola, aunque de un modo u otro lo agradecía.’’

A mis quince años de edad mi padre nos había dejado, pero no a su decisión, una mala enfermedad se lo llevó, cuestión de meses, no había nada que hacer.
Mamá decía que a raíz de lo que pasó comencé a cambiar, me alejé de mis amigas y del mundo en su totalidad. No me gustaba salir a la calle, ni conocer a gente nueva.
Me ponía nerviosa entablar una conversación medianamente normal, y dejé de mostrar mis sentimientos, lo que le hacía pensar a mi madre que no sentía nada, que era una persona fría…

Pero simplemente siempre preferí guardarme mis problemas y preocupaciones para mi, no quería tener a nadie encima mío, no lo necesitaba.
Y con el paso del tiempo me pasó factura…

Sin duda alguna mi adolescencia no fue nada bonita, pero a decir verdad, tampoco es que tuviese una infancia medianamente normal.

Desde bien pequeña tuve muchos problemas con la comida y los vómitos, por lo que la mayoría del tiempo lo pasaba de hospital en hospital, ingresada.
Y al crecer rodeada de discusiones, más problemas, gritos y llantos… no mejoró.

Pero a día de hoy si que soy capaz de decir que estoy orgullosa de mi misma, que puedo mirar al espejo y apreciar la sonrisa que hay colocada en mi cara, también puedo admirar mis ojos, con ese brillo especial que nunca había creído ser capaz de tener.

***

Recogí mi guitarra y  me la colgué para salir al pequeño escenario con una sonrisa radiante en mis labios.
I'm loosing myself
Trying to compete with everyone else
Instead of just being me
Don't know where to turn
I've been stuck in this routine
I need to change my ways
Instead of always being weak

I don't wanna be afraid
I wanna wake up feeling beautiful, today
And know that I'm okay
Cause everyone's perfect in an unusual way
So you see
I just wanna Believe In Me
La, la, la, laa
La, la, la, laa



Cada palabra salió de mi boca junto a un túmulo de sentimientos, cada acorde que tocaba salía de mi corazón, cada contacto de mis dedos con las cuerdas de mi guitarra me hacían sentir viva.

The mirror can lie
It doesn't show you what's inside
And it, it can tell you you're full of lies
It's amazing what you can hide
Just by putting on a smile

I don't wanna be afraid
I wanna wake up feeling beautiful, today
And know that I'm okay
Cause everyone's perfect in an unusual way
So you see
I just wanna Believe In Me



Mis ojos seguían cerrados fuertemente, disfrutaba del sonido de mi voz, acompañado de mi fiel amiga, aquella que siempre estaba dispuesta cada vez que la necesitaba.



I'm quickly finding out
I'm not about to break down
not today

I guess I always knew
That I had all the strength to make it through

Not gonna be afraid
I'm gonna wake up feeling beautiful, today
And know that I'm okay
Cause everyone's perfect in an unusual way
You see
Now I Believe In Me
Now I Believe In Me



Mis dedos dejaron de rasgar las cuerdas de mi guitarra, aguardé unos segundos y después levanté la mirada hacia mi público, con los ojos brillantes.

Todos se levantaron de sus asientos para estallar en aplausos.
Lo agradecí inclinándome un poco hacia delante y después abandoné el escenario.

Me sentía realmente viva cada vez que salía allí, a expresar mis sentimientos ante gente que no conocía, de una manera especial, de mi manera.

Y a día de hoy no tengo palabras suficientes para agradecer todo lo que ha hecho por mi, le debo a la música mi vida, sin duda alguna.

‘Supongo que siempre supe que tenía la fuerza suficiente para lograrlo’


Nota: Le agradezco a mi amiga que me haya insistido en que lo suba, os pido por favor que dejéis vuestra opinión, realmente es importante para mí.

martes, 2 de agosto de 2011

Save You

Y aquí tenéis un nuevo OS, eso mismo, espero que os guste y me comentéis :3 



Save You



‘’Sometimes I wish I could save you,
And there's so many things that I want you to know.
I won't give up 'til it's over.
If it takes you forever, I want you to know that..

If you fall, stumble down, I'll pick you up off the ground.
If you lose faith in you, I'll give you strength to pull through.
Tell me you won't give up,
'Cause I'll be waiting if you fall.
You know I'll be there for you’’



¿Cómo explicar la frustración que uno siente cuando ve día a día como una de las personas más importantes de su vida se va, se la lleva una enfermedad terrible y no puedes hacer nada, tan solo permanecer ahí, viendo como se desvanece poco a poco?

Siento que mi mundo se viene abajo por momentos, que todo lo que hago es en vano porque nada resuelve mis problemas.

Hasta hace poco era una de esas personas que creía que las cosas malas solo les ocurrían a los demás, hasta que la enfermedad llegó a mi alrededor.

Y siento que no valgo para esto, ni siquiera las palabras de animo que quiero transmitirle a esa persona para que no se derrumbe me sirven a mi misma.
Porque por mucho que lo intente no soy capaz de creerme que todo esto se va a arreglar.
Y lo peor de todo es que él… lo tiene más asumido que yo.

Mi hermano siempre ha sido una persona fuerte, realista, amable, risueño. Es una persona que sabe vivir la vida y aprovechar cada minuto al máximo como si no hubiese mañana.
Cuida de sus amigos y su familia como si le fuera la vida en ello y con su sonrisa ilumina todo a su alrededor.

Siempre he admirado su forma de afrontar los problemas que se presentaban ante él, y jamás he conseguido asimilarme.

¿Por qué a él?

Aquí viene la pregunta que todos conocen pero que yo jamás me había planteado tan seriamente, porque en realidad nunca había surgido la situación.

¿Por qué siempre se tienen que ir los mejores?

Pero no, mi hermano no se podía ir, era una persona demasiado importante en este mundo como para dejarlo así, sin más…

Tenía los mejores amigos que uno puede imaginar, tenía unos padres excelentes, una hermana… bueno quizás yo no fuese la mejor hermana del mundo, pero le quería muchísimo, y siempre había estado ahí para todo lo que me pidiese.

Pero también tenía millones de chicas que darían la vida por verle algún día de casualidad por la calle, por acudir a uno de sus conciertos… chicas y chicos que lloraban con sus canciones, y no tengo duda alguna de que si se les presentase la oportunidad algunos aceptarían morir por él.

Resumiendo, mi hermano era la mejor persona del mundo desde mi punto de vista, y no había derecho a que esto le ocurriese a él…
Aun le quedaban muchas experiencias nuevas por vivir, muchos lugares que visitar, muchas fans que conocer, tenía que formar su familia, que componer millones de canciones más y dar conciertos una y otra vez en todo el mundo.

17 de Julio de 2009

Como cada día, subí a la planta siete de aquel hospital, la planta de oncología.
Habitación doscientos treinta, y allí se encontraba mi hermano, descansando.

Mi madre estaba sentada a su lado, leyendo una revista, sus ojeras la delataban, jamás había visto a Debbie así, era una mujer que sonreía todo el tiempo, y cada día parecía más apagada, junto a él…

-Hola mamá, ya estoy aquí.-Deposité un beso en su mejilla y me senté a su lado, en el posa brazos del pequeño sofá.
-Hola cielo, ¿te vas a quedar por la mañana?-Asentí.
-Vete a descansar y esta tarde vienes, no creo que despierte, está cansado.

Mi madre me regaló una pequeña sonrisa a modo de agradecimiento y se levantó del sillón para coger su chaqueta, depositar un beso en la frente de Tom y salir de allí no sin antes darme un achuchón.

Hoy era su cumpleaños, sabía de la obsesión que tenía mi hermano por el chocolate, así que le compré unos bombones por el camino a modo de regalo, la verdad no me había parado a pensar que regalarle durante este tiempo…

Me senté en el sofá y acaricié su mano, cada vez más pálida.

-Feliz cumpleaños Tom.-Susurré mirándole con una de esas sonrisas forzadas, esas que si las haces desaparecer, corres el riesgo de romper en llanto.
-¿Tú por aquí?-Su voz me hizo sobresaltarme.
-Vaya, no sabía que estabas despierto…

Me mostró una pequeña sonrisa, lo que sus fuerzas le permitían y acercó su mano para acariciar mi mejilla.

-Y ahora enséñame esos bombones que has traído.- Ambos reímos y le tendí la caja con una sonrisa algo más natural.

Ayudé a Tom a que se incorporase un poco en la cama y este comenzó a comer algunos bombones.

-Mamá me ha dicho que estos días no has comido mucho…
-No tengo mucho hambre Ang… estoy cansado de esto.

Poco a poco el tiempo iba acabando con mi hermano, la quimioterapia no hacía efecto, ni tampoco la radioterapia. Estos tratamientos acababan con lo malo de la enfermedad, pero su defecto era que también acababan con lo bueno, y cada día que pasaba Tom perdía fuerzas…

-Tienes que salir de esto Tom, por favor.-Mas que una frase de ánimo sonó a una suplica, porque en verdad lo era, no podía perder a mi hermano.
-Esto no es justo para mi… no quiero estar más así, realmente, no puedo.-Susurró.

Era a primera vez que me atrevía a hablar con esto de él, nunca habíamos conversado de cómo se encontraba y ahora quería saberlo.

-Esto no es justo para nadie… no.. no.. no podemos perderte.
-Y no me vais a perder… de un modo u otro siempre estaré aquí.
-Joder, maldita sea Tom, no digas eso…-Me levanté de mi asiento algo agobiada, suspiré varias veces.

Mis padres me decían constantemente que cada vez que visitáramos a Tom teníamos que actuar con tranquilidad, no era bueno para él que nosotros nos viniésemos abajo.
Pero yo no podía más…

Me senté en un borde de la cama junto a Tom, mientras las lágrimas asomaban por mis mejillas, mi hermano, al verlo, me abrazó, apretándome entre sus brazos, le correspondí el abrazo y lloré contra su pecho.

-No te vayas Tom, no lo hagas por favor… quédate aquí.- Esas eran mis palabras, las repetía una y otra vez mientras mi hermano me contestaba que jamás me dejaría y susurraba contra mi pelo lo mucho que me quería.





Me gustaría poder hacer algo, poder decirle que si algún día se venía abajo, que yo estaría allí, para animarle, para decirle lo mucho que el mundo le necesita y darle mil razones y otra más por las que debía seguir allí, a nuestro lado

‘’Sometimes I wish I could save you’’

27 de Agosto de 2009

Tan solo quedaban dos meses...

De nuevo me encontraba de camino al hospital, Danny me acababa de llamar informándome que ellos se iban en diez minutos, habían pasado casi una semana allí, sin despegarse de él, como solían hacer, y yo llevaba casi dos sin aparecer.

Simplemente no tenía fuerzas, sabía que si aparecía por allí me derrumbaría y no podía permitir que mi hermano me viera de aquella forma, porque sabía que le destrozaba por dentro.
Pero hoy me había armado de valor para ir, ya que necesitaba verle.

Al entrar me crucé con los chicos, al igual que todos los que pasábamos por aquella habitación tenían expresión cansada, triste…

-¿Cómo se encuentra?-Pregunté mirando a los tres.
-Ayer tuvo sesión de quimioterapia, ha estado vomitando, no tiene muchas fuerzas.-Contestó Danny con una voz que me asustó.
-¿Han dicho algo los médicos?-Volví a preguntar, Doug asintió, pero no habló.
-Mañana hablarán con él…-Anunció Harry.
-¿Por qué?- Necesitaba saberlo todo.
-Van a suspender el tratamiento Angie…-Danny se sentó en una se las sillas que había en la pequeña sala de espera de la planta, se llevó las manos a la cabeza.
-Pero… no… no pueden, Tom necesita recuperarse.-Dougie negó con la cabeza sin mirarme, su expresión era desoladora.
-Ang, Tom no va a recuperarse.-Las palabras de Harry se introdujeron en mi pecho como si pinchos de acero se tratasen.
-Que tonterías dices… claro que se va a recuperar.- Contesté con voz temblorosa, pero ni si quiera yo misma creía en mis palabras.

Los tres me abrazaron, muy fuerte, transmitiéndome mediante aquello que se sentían exactamente igual que yo.



Desde aquel veintinueve de agosto nada volvió a ser lo mismo, porque dieciséis días después trasladaron a Tom al área de pacientes terminales de cáncer.

‘’¿Cómo te encuentras?’’ Preguntaba lo mismo cada vez que mi hermano abría un poco los ojos, este asentía con la cabeza y me mostraba una pequeña sonrisa.

Llegó a noche del doce de septiembre cuando Tom se encontraba en la cama del hospital, como de costumbre claramente, sudaba muchísimo y respiraba con dificultad, aquello no tenía buena pinta.
Comencé a asustarme cuando comenzó a toser fuertemente, con las fuerzas que le quedaban y cerró los ojos.

Solo eso, no ocurrió nada más, no hizo falta nada más.





No recuerdo nada más de aquella noche, tan solo se que se fue, que me dejó sola allí, también se que zarandeé su cuerpo, inerte sobre la camilla, que golpeé sus mejillas y le grité que no podía dejarme, aun así no sirvió de nada.

Tampoco acudí a su entierro, mi madre no lo entendió, pero me dejó en casa acostada en la cama.

No puedo decir que superé la muerte de mi hermano poco después y que ahora soy una persona normal con una vida normal, pero si que con el paso del tiempo he podido asimilar su pérdida y ahora soy algo más fuerte. Tampoco se puede decir que he dejado de lado mi antigua vida, pero ahora soy una persona más solitaria, y vivo cada día como si fuese el último

Danny, Dougie y Harry siguieron su camino, no dejaron su amistad, pero si disolvieron su grupo, sabían que era algo que a Tom no le hubiese agradado, pero aclararon ante las fans que no se sentían lo suficientemente fuertes como para poder continuar sin él.

Mis padres se sumieron en una burbuja, alejados del mundo real, ninguno de los dos quiso admitir la pérdida se su hijo y prefirieron seguir viviendo en una mentira, aunque con el tiempo fueron siendo conscientes de lo que estaba ocurriendo, y lo afrontaron como dos adultos normales.

Todos y cada uno de nosotros sabíamos que muy en el fondo Tom siempre permanecería allí, aquel chico risueño del hoyuelo, que siempre reía y animaba a los demás.


‘’Toda enfermedad acaba tarde o temprano, pero debemos plantearnos si somos lo demasiado fuertes como para superarla’’

viernes, 29 de julio de 2011

Here comes the storm



Antes que nada, es largo, aviso. Y bueno, decir que para mi es un OS sin sentido alguno, simplemente es algo que me vino a la mente una tarde y lo plasmé en word. Ea, espero que os guste un poquito al menos.

Here comes the storm.



25 Marzo 2011, Londres.


No podía aguantarlo mas, solo el hecho de pensarlo hacía que mi rabia aumentase y me odiase más a mi misma por haber actuado así, necesitaba olvidarme de todo, y al parecer nadie estaba de acuerdo con eso. Solo el hecho de tener que salir a la calle cada mañana para ir a la universidad me atormentaba, no quería ver las revistas, ni escuchar programas de radio… tan solo se dedicaban a arruinar la vida a la gente. ¿A caso nadie comete errores?

‘’Claro que la gente comete errores Dana, pero lo tuyo ha sido lo que se dice, zorrear por todo lo alto’’

Maldita voz estúpida, no había dejado de aparecer desde aquella noche, y lo peor de todo es que tenía razón, la tuvo desde el primer momento, pero claro… teniendo a mi amor platónico delante iba yo a escuchar a mi conciencia en esos momentos…
Vamos, ni la más santa Teresa de Calcuta se lo habría pensado.

Me levanté del suelo de mi habitación, hacia exactamente dos días que no salía de casa, no quería saber nada de nadie, mi madre no se había enterado todavía de lo ocurrido, y temía su reacción cuando lo hiciese, encendí mi portátil y un documento de Word se abrió.

‘’Anda mira, la historia que escribiste hace unos días, que casualidad ¿verdad?’’

Ignoré a la vocecilla que se carcajeaba de mi, era tremendamente penoso, hasta yo misma me burlaba de… mi.
Hace unas semanas que trabajaba con una historia que me había venido de golpe a la cabeza, así, de un momento a otro, y plasmé todas esas ideas en mi ordenador, la historia hablaba de una fan, de una groupie, como queráis verlo vamos. De una chica que se acostaba con su ídolo.


Alguien entró a mi habitación sin previo aviso, sin llamar y se sentó a mi lado, tan solo me hizo falta mirar de reojo para encontrarme con esa mata de pelo pelirroja excesivamente rizada, solo podía ser el incordio de mi querida hermana.

-Anda, que estas escribiendo… ¿Un diario?-Rió Lucy
-Muy graciosa, sabes que no lo es.- Contesté entrecerrando los ojos y golpeando nerviosamente la mesa con mis dedos.
-En realidad ya lo sabía, solo quería restregártelo un poco más, esto no ocurre todos los días.- Volvió a reírse de mi en toda mi cara.
-¿Por qué no te vas a pasear perros y con el dinero te pagas una buena sesión de peluquería, idiota?- Recibí una mirada fulminante tras esas palabras, y al minuto pude escuchar un portazo proveniente de su habitación, se había marchado.


19 Marzo 2011, Men Arena, Manchester –Concierto de McFly-

Anne y yo nos encontrábamos en la cola del concierto, habíamos hecho una noche en la calle para estar mas cerca, teníamos entradas para pista y los nervios cada vez se hacían mas y mas grandes, y ese cosquilleo aparecía en mi estómago, impacientándome, había unas doce o trece chicas delante nuestra así que teníamos primera o segunda fila asegurada, eso suponiendo que la torpeza de mi amiga impidiera que llegásemos antes a las vallas.

Me recogí mi larga melena rubia en una coleta para entrar y coloqué mis gafas de sol en mi cabeza, dejando ver mis ojos avellana y mis largas pestañas, era marzo, y en Manchester el tiempo no era del todo bueno que digamos, pero al ir a un concierto en pista bien sabe dios, que o vas destapadita o te da un jamacuco y ya puedes levantar la mano para que los guardas te saquen corriendo, o serás pisoteada por mas de trescientas niñas hormonadas gritándoles cosas poco coherentes a los cuatro maromos que tenéis en frente cantando y tocando sus instrumentos. Resumiendo, llevábamos unos pantalones cortos y unas camisetas fosforitas que habíamos estado ‘fabricando’ unos días antes.

Abrieron las puertas, y ordenadamente fuimos pasando poco a poco, mostré mi entrada con las manos casi temblorosas, y cuando por fin pasé eché a correr estirando la muñeca de Anne. Tras tropezar varias veces por culpa de mi amiga, llegamos a la valla, y conseguimos primera fila, no en el centro pero si entre Danny y Dougie, mas próximo a Danny, claramente tenía que estar cerca de él, por algo habíamos viajado desde Londres, tenía que ver a mis ídolos y a él, mi amor platónico desde 2004.

Lo pasamos bastante bien con los teloneros, y a decir verdad el público de Manchester era entregado, pero habíamos vivido conciertos peores, así que los empujones eran nuestra menor preocupación. Llego el momento en el que los teloneros de despidieron, dejando el escenario vacío que pronto apagó sus luces, y los gritos de los fans aumentaron, diez largos minutos después una música que todos allí conocíamos muy bien, la música de Super City, lo que provocó que todos gritáramos y silbáramos mas, hasta que finalmente Party Girl inundó todo el recinto.

Las canciones iban pasando, y nosotras cantábamos y saltábamos como locas, llegó All About You y nos dedicamos a mover los brazos y balancearnos un poco, estábamos asfixiadas y sudadas a más no poder. Entonces en una décima de segundo mis ojos se cruzaron con los suyos, y mi corazón dio un vuelco cuando señaló hacia donde estábamos nosotras y guiñó un ojo.

El concierto terminó y salimos del recinto victoriosas, habíamos disfrutado como niñas pequeñas y Anne había conseguido una púa que el mismo Tom Fletcher casi le había entregado en mano, así que estábamos eufóricas, mi amiga tuvo la idea de ir a la salida trasera y colarnos por algún lado, necesitábamos conocer a nuestros ídolos como fuera, legal o ilegalmente, haríamos algo.
Caminábamos rápidamente dando la vuelta a la manzana, por la parte trasera del recinto, con prisa y temerosas de no conseguir nuestro objetivo.
De repente una mano me estiró hacia atrás y me pegó al muro del edificio.

-¿Ves eso Dana?-Preguntó mi amiga entre susurros a mi lado, aun sujetando mi muñeca.
-¿Qué es lo que tengo que ver? Pues no veo nada Anne, y menos si estás delante.- Me quejé contestándola en otro susurro.
-¡Son ellos idiota, están ahí!-Volvió a hablar Anne señalando a dos chicos que había al otro lado del aparcamiento, con unas sudaderas y las capuchas puestas, fumándose tranquilamente un cigarro.

No se en que momento exacto decidí salir casi corriendo del escondite y encaminarme hacia ellos, pero así fue, no lo pensé dos veces, y colocando mi pelo me acerqué con una sonrisa.

-¿Tenéis fuego?-Pregunté sacando un paquete de tabaco de mi bolso.

El chico de la sudadera gris, al que pude identificar al segundo como Dougie Lee Poynter por sus inconfundibles Vans fue a contestarme, pero el chico de la sudadera negra, claramente, Danny Jones, le cortó.

-Claro guapa.- Me sonrió y sacó un mechero de su bolsillo.
-Gra-gracias.-Contesté algo nerviosa.

‘’Vamos idiota, ¿No te irás a cohibir ahora no?’’

Le tendí de nuevo el mechero y le guiñé un ojo, fui a darme la vuelta para buscar a Anne pero Danny me agarró por la muñeca.

-¿Pero a dónde vas? Quédate un poco haciéndonos compañía mujer.- Rió el pecoso y me miró con una sonrisa pícara.
-En realidad no me iba, solo buscaba a una amiga que esta…
-¡Aquí!

Y sin explicación razonable apareció mi amiga justo a mi derecha con una enorme sonrisa cargada de nerviosismo, jamás entendería como aparecía así por todos lados.

-¿Venís del concierto verdad?-Preguntó esta vez Dougie, mientras le daba una calada a su cigarro.

‘’Mal, Dougie, mal. Fumar es malo, bicho’’

-Si, las he visto en primera fila, muy sudaditas.- Volvió a hablar Danny mordiéndose el labio para después soltar una carcajada no muy discreta.

Y claramente, creo que Jones no era consciente del agudizado oído que tenemos las fans para escuchar su risa casi a kilómetros. Como era de esperar, casi dos minutos después vimos como una avalancha de fans se dirigía a nosotros.

-Oh, mierda.- Susurró Anne.

Y en un visto y no visto nos encontrábamos dentro del recinto, de nuevo, pero esta vez, habíamos entrado por la parte de atrás, con los chicos.

-Uff, casi.- Dijo Danny peligrosamente cerca de mi, con una de sus manos en mis caderas.

‘’Muy bien, mantente en pie, si, genial, puedes aguantar un poco mas, respira…’’


-Si, casi.- Reí nerviosa y busqué rápidamente con la mirada a Anne, que para mi suerte estaba a mi derecha y me despegué un poco de Dann.
-¿Esta noche vais a hacer algo?-Preguntó el pecoso, como no.
-Si, saldremos por ahí, aunque a decir verdad, no conocemos mucho Manchester.- No era lista ni nada aquí mi amiga.
-Pues no se hable mas, os venís con nosotros.-Sentenció Danny.


Media hora después nos encontrábamos camino a una discoteca bastante conocida en Manchester según Danny, solo se habían apuntado Dougie y el, ya que Tom y Harry se iban al hotel a descansar, como dos buenos novios fieles a sus parejas.
Porque Dougie estaba soltero, pero claramente, Danny estaba pillado, nada mas ni nada menos que por la Ex-Miss Inglaterra 2007, que a este paso iba a empezar a pensar que la pobre lucía los cuernos mas grandes de todo el país.

Por supuesto, Anne venía conmigo, y con ellos, así que allí nos encontrábamos, los cuatro, casi llegando a la discoteca. Y una cosa tenía clara, desde luego, esta noche, era nuestra noche.

Entramos a la discoteca mostrando nuestros DNI, por una vez en mi vida daba gracias a mis maravillosos 21 años.
Una vez dentro pedimos unas bebidas, casi a gritos, porque la música era ensordecedora, al menos hasta que nuestros oídos se acostumbrasen a tanto ruido.

Comenzamos bailando de una manera medianamente normal, Dougie estaba en el sofá sentado con Anne y alguna que otra perra sin escrúpulos rondando cerca de ambos.
Danny sujetaba mi cintura con sus dos manazas mientras bailaba MUY pegado a mi cuerpo, y para que mentir, una, a estas edades tiene sus hormonas bien despiertas, vamos, que el muy cerdo me estaba poniendo bien caliente, hablando claro.

Su cara estaba a escasos centímetros de la mía, y podía sentir su aliento con algo de olor a alcohol chocando contra mis labios, dulce y deliciosamente. Casi sin darme cuenta mordí mi labio y suspiré contra su oído, lo que pareció gustarle bastante.

Seguimos bailando nada discretos en la pista, y finalmente Danny fue a por algo mas de beber mientras yo me acercaba a Anne con un brillo en los ojos, esta se levantó y se colocó a mi lado.

-Joder, como calientas con Jones ¿Eh?-Rió mi amiga
-Cállate, no te haces una idea de lo burra que me pone ese pecoso.- Suspiré sonriendo.
-Pues como no le controles no se como volveremos a casa, o al menos ellos, Danny ya va bastante contentillo…


No había pasado más de una hora cuando Danny se escurrió casi por la barra de la discoteca, riéndose el solo. Agarré su brazo y lo pasé por mi hombro, hasta que a duras penas llegamos al sillón, Dougie iba bebido, pero no tanto, así que se acercó a la barra y pidió que nos pasaran a una de las salas privadas, para los cuatro. Les seguí con Danny casi a cuestas, ya que ese tipo de lujos no iba mucho conmigo cuando iba a una discoteca. Al llegar Dougie y Anne desaparecieron por la terraza, por tanto, estábamos solos.

Senté a Danny en un sillón y este me agarró por detrás y me obligó a sentarme sobre sus rodillas, acercándome a él. ¿De verdad estaba haciendo yo esto?
Me lo pensé dos veces y comencé a morder mis uñas nerviosamente mientras Danny acercaba su boca muy peligrosamente a mi cuello.

Fue depositando pequeños besos hasta llegar a mi clavícula, lo que provocó un escalofrío por mi parte y una risotada por la suya. Se levantó del sofá haciendo que yo también me levantara y de nuevo me volteó para quedar cara a cara.
Su respiración entrecortada chocaba contra mis labios, haciendo que perdiese totalmente la cabeza, como una droga.

Si pensarlo dos veces puse mi mano en su nuca y le atraje a mí, notando el sabor del alcohol de sus labios sobre los míos, abriendo paso a un beso mas profundo.
Danny me hacía caminar hacia atrás hasta que choqué con la pared, entonces puso ambos brazos a los lados y bajó por mi cuello. Ocasionando gemidos provenientes de mi, y eso aun le excitaba mas.

-Vamos…vamos al hotel.- Susurró contra mi cuello.

Claramente en esos momentos mi mente estaba demasiado nublada como para poder pensar con coherencia, así que asentí rápidamente y sin separarme de el caminamos hacia la puerta de la sala.

-Tú, no puedes…no puedes coger el coche.- Hablé en lo poco que los labios de Jones me permitían.
-Pues…cogeremos, un taxi.-Musitó de nuevo, una vez mas, sin separar sus labios de los míos.

Nos separamos y coloqué un poco mi camiseta y mi pelo, salimos de allí de la mano y nos dirigimos casi corriendo fuera de la discoteca, a buscar un taxi.

-Da-danny, creo que deberíamos de avisar a.. a los chicos ¿no?-Los nervios comenzaban a invadirme.
-Se lo están pasando bien, mejor no molestarles.-Dijo mientras acercaba su cara y mordía mi labio, con deseo.

Me separé intentando que nadie nos viese, estábamos en una zona bastante transitada y precisamente Danny no pasaba desapercibido por allí. Finalmente cogimos un taxi y nos dirigimos al hotel en el que los chicos se alojaban.

-Toma, ponte esta chaqueta, al menos tiene capucha, así no te verán.- Me tendió la chaqueta y depositó un suave beso en mi cuello para después tenderle un fajo de billetes al taxista que abría los ojos como platos al verlo, me jugaba el cuello a que Jones no sabía ni la cantidad de dinero que le había dado, y si lo sabía, no le importaba mucho.

Y también me arriesgaba a decir que lo único que quería ahora era darle al tema, era una buena fan, o al menos lo solía ser, y le conocía mejor a él que a mi misma. Justo en ese momento fue en el que me dí cuenta de lo que estaba a punto de hacer. Me iba a acostar con Danny Jones, mi amor platónico, pero no reparé en eso, si no en que el tenía novia, una novia a la que quería…

Salimos del taxi, me puse la capucha y entramos al hotel rápidamente, el hombre que se encontraba en la puerta nos abrió y me miró extrañado, para después mirar a Danny  y luego abrir aun más los ojos.

‘’Genial, ya tenéis un testigo para la lista, eso sin contar al taxista y a los de la discoteca, tu verás lo que haces guapa’’

Maldita voz oportuna, justo ahora tenía que aparecer para decirme lo que estaba bien y lo que estaba mal. Yo dejaré claro lo que estaba bien. Tenía la oportunidad de tirarme a mi amor platónico, y desde luego, lo iba a hacer, o me arrepentiría durante toda mi vida.

Pasamos el vestíbulo casi a la velocidad de la luz y nos metimos en el ascensor rumbo a su habitación.

No perdimos mucho el tiempo, porque de pronto sentí mi espalda chocar contra uno de los espejos del ascensor, y poco después los labios de Jones recorriendo mi cuello con ansia.

Pasamos a su habitación precipitadamente y me tiró de espaldas sobre la cama, sin andarse con rodeos, se puso encima de mi con un brazo a cada lado de mi cuerpo y de nuevo atacó mi cuello, depositando besos húmedos en él… pero creí que era el momento de que yo tomase un poco el control del asunto.

Le hice voltearse y quedé encima suyo, con una pierna a cada lado de su cadera, decidí que el cuello sería lo más adecuado para ir abriéndome paso a otros juegos. Fui dejando un camino de besos a mi paso, como había hecho él antes conmigo, pero intercalándolos con pequeños mordiscos que le provocaban gemidos de placer.

Poco a poco me deshice de su camiseta y el se desabrochó los pantalones, mandándolos al otro lado de la habitación. Y de nuevo el tomó el control.

-Creo que esto no es justo.- Musito riendo contra mis labios.
-¿El qué?
-Que tu estés completamente vestida, y yo no.- Se señaló.

Metió sus manos por mi camiseta acariciando mi espalda y provocándome un escalofrío, finalmente se deshizo de ella y la mandó junto a sus pantalones.
Acabamos en igualdad de condiciones cuando terminé en ropa interior.

Besaba a Danny con ansia, mordiendo sus labios, sintiendo el dulce sabor de estos.
Definitivamente esto se nos iba de las manos, y notaba que esto se nos iba de las manos, pero me daba igual, me centré en sus labios, en el tacto de sus manos sobre mi piel ardiendo, en sus gemidos, su respiración entrecortada mezclándose con la mía…

Una sensación de vértigo se instaló en todo mi cuerpo, desde los dedos de mis pies hasta mi cabeza, definitivamente, este hombre era mi perdición.
Notaba como a Danny le comenzaban a estorbar sus boxers, así que no me detuve y poco a poco fui bajándolo por sus piernas con las manos temblorosas.

-Vamos…¿Te vas a poner nerviosa ahora?-Rió contra mi oído.

Y otro escalofrío.

Terminé de quitarle su ropa interior, estaba ahí, desnudo, para mí. Dejé de pensar.

Todo ocurrió muy rápido, mi ropa interior desapareció casi como por arte de magia, notaba las manos de Danny por todo mi cuerpo, provocando gemidos incontrolables de ambos.

Sentía como cada vez acercaba más a su miembro a mi cuerpo, en ése momento mi cabeza dejó de pensar y tomó el control el calentón que tenía encima.

Y en unos segundos, Danny y yo ya éramos uno, sentía como se iba moviendo dentro de mí, con movimientos pronunciados, y eso producía que mis gemidos y los suyos aumentaran en cantidad y frecuencia. Empezó a aumentar la velocidad y con ello aumentaba todo, en ese momento sentía que podía tocar el cielo con los dedos.

Muchas fans piensan y dicen que Danny tiene el mote del ‘Rey del sexo’ y en esos momentos pude descubrir por mi misma, que desde luego, se lo había ganado a pulso.

Jadeos, calor, sudor, caricias, besos… todo terminó y Danny se dejó caer exhausto sobre mí, con una sonrisa cansada en sus labios, para después rodar sobre sí mismo y tumbarse en la cama.
Poco a poco nuestras respiraciones fueron tomando un ritmo más normal, y casi sin darme cuenta, terminé quedándome dormida.

07:00  am –Hotel Manchester-


El dolor de cabeza no me dejaba levantarme de la cama, estaba algo desorientada y tenia unas ganas terribles de matar a alguien.

A duras penas me incorporé un poco y dejé mis pies colgando al borde de la cama, algo atontada posé mis ojos sobre la larga cortina de color salmón, horrorosa que estaba frente a mi. Un momento.

Esta no es mi habitación.

Me sobresalté y rápidamente me levanté de la cama, definitivamente, no me encontraba en mi habitación, ni tampoco en mi casa.

‘’¿Dónde mierdas estas, Dana?’’

Comencé a asustarme y caminé alrededor de la cama para dirigirme al pasillo de la gran suite, no había nadie. Aunque al final del pasillo, en la puerta, pude divisar un pequeño Post-it amarillo pegado con un… ¿chicle?

Sin pensarlo me acerqué y arranqué el papel de la puerta.

‘’ Fue un placer estar anoche contigo preciosa, pero lo bueno se acaba.
Espero que te lleves un buen recuerdo, fue una noche fantástica.
D.J’’

Todos los recuerdos de la noche anterior bombardearon mi cabeza de una manera odiosa.

¿Alguna vez te has sentido la persona mas desgraciada del mundo? Así me sentía yo.
Desgraciada en el sentido de que ahora mismo me odiaba a mi misma como jamás lo había hecho en mi vida.
Me vestí rápidamente y vi las llamadas perdidas en mi móvil, Anne me había estado contactar conmigo durante toda la noche.

‘’¿Dónde cojones estas Dana? No me coges el teléfono, me estoy empezando a preocupar, llámame cuando leas el mensaje.’’- Decía el primer mensaje.

‘’Mira rubia, me he artado a llamarte, y a enviarte mensajes, no se dónde mierdas estarás, pero acuérdate de que mañana a las 9 sale el bus, si no estas en la estación me voy sin ti. Te quiere, Anne’’-Otro de los mensajes de mi amiga.

‘’¡Dana joder! Estoy preocupada, son las seis de la mañana y no has aparecido, da señales de vida o acabaré movilizando todo Manchester para encontrarte’’-Este había sido hace poco.

Marqué rápidamente el teléfono de mi amiga, y al segundo pitido contestó una voz nerviosa casi en un grito.

-¿¡Sí!?
-Anne, soy yo..
-¿¡Se puede saber qué hacías!? ¡Estaba preocupada imbécil!-Ahora si que me gritó
-Lo…lo siento, ha-a ocurrido algo…-Contesté trabándome en cada palabra que pronunciaba.
-¿Qué ha pasado? ¿Dónde estás?-Y un montón más de preguntas que mi mente no logró captar debido a la rapidez de sus palabras.
-Que-quedamos en la estación a las ocho y media.- Colgué y tiré el móvil sobre la cama, sentándome después sobre ella y llevándome las manos a la cabeza.

Noté como las lágrimas iban acudiendo a mis ojos poco a poco, y suspiré mirando al techo en un intento de que no cayesen por mis mejillas, pero fue en vano.

Poco después me puse mi ropa de la noche anterior, tirada por el suelo y me peiné un poco, abandonando la habitación. En esos momentos jamás había deseado tanto ser invisible.

En la entrada del hotel había unas cuentas chicas que al verme salir me miraron con desprecio, pena y alguna que otra mirada que no supe descifrar, tampoco era el momento.
Paré un taxi y le pedí que me llevara a la estación de autobuses en la que había quedado con Anne, unos quince minutos después ya estaba allí.

Anne estaba en la cafetería de la entrada, sentada en una de las mesas pegadas a la ventana con lo que debía de ser su café cortado de maquina mañanero entre sus manos.
Me acerqué a ella con miedo, miedo a su reacción cuando le contase lo que había ocurrido. Una vez sentada frente a ella seguía sin inmutarse, estaba sumida en sus pensamientos, di un toque en su hombro y esta se sobresaltó, haciendo que yo también me asustase.

-¡Dana!-Casi se tiró a abrazarme.
-Estoy bien, estoy bien.- Repetía una y otra vez, mas para convencerme a mi misma de que lo estaba que para hacer creer a mi amiga que realmente lo estaba.
-Siéntate, ¿Quieres algo de desayunar?-Negué rápidamente con la cabeza.
-T-te, te tengo que contar… algo.-Comencé
-Creo que no hace falta… me hago una idea…-Contestó ella
-¿Q-qué?
-Déjalo Dana, no vale arrepentirse ahora, lo hecho está hecho.

Suspiré varias veces y me tapé la cara con mis manos.

-Me siento como una maldita prostituta.
-No mujer, no te han pagado…el término groupie te pega más.-¿Hola? ¿Qué manera era esa de apoyar a una amiga?
-Te estoy diciendo que no estoy bien ¿Qué mierdas haces?
-Yo te estoy diciendo lo que eres barra, pareces. Soy sincera.- Contestó seca apartando su mirada y dando un sorbo a su café.
-No me ayudas…
-No pretendo ayudarte, creo que en estos momentos siento algo de desprecio hacia ti.- Sentí como me clavaban miles de pinchos en el pecho, Anne era mi mejor amiga…

Quería decir muchas cosas a la vez, pero ni una mísera palabra salía de mi boca, se quedaban todas atascadas en mi garganta, junto a las inmensas ganas de llorar que tenía.

-Te lo has tirado Dana, lo has hecho. ¿Cómo esperabas que actuase? Claro que no me alegro por ti, esto no es bueno, y hablo de ti, porque esto te va a afectar a ti.- Dijo señalándome con el dedo acusador y expresión preocupada.

Pero claro, una nace orgullosa y… antes se traga su propia sangre que admitir sus errores ante los demás.

-Eres una envidiosa, que te den.- Cogí la mochila que me había traído de nuestro hotel y me marché en dirección al bus.


23 Marzo 2011, Londres.

 Y lo que comenzó con una noche de pura suerte terminó en una mañana de tragedia. 
Aun recuerdo aquella mañana perfectamente.

''Cómo para olvidarla'

Sin previo aviso unas fotos filtradas en twitter hicieron que mi vida diera un giro por completo. Eran fotos de la noche del 19 de marzo... en las cuales se podía apreciar mi presencia junto al mismísimo Danny Jones, justo ese que no quería ni ver.
Aunque he de admitir que en esos momentos me encontraba más asqueada conmigo misma que con lo que estaba ocurriendo a mi alrededor.

Abrí mi cuenta de twitter, y en qué momento, vi todas las fotos subidas por las mismísimas fans, y un montón de adjetivos despectivos hacia mi persona, era de esperar, pero aun así no me agradó. Cerré todas las ventanas del ordenador y lo apagué dejándome caer en la cama, definitivamente esto era horrible.


Y días después, tal y como había precedido, una revista británica publicó las fotos junto a un artículo en el que no me dejaban muy bien parada. ¿Qué puedo decir?
Aquel tema no se me olvidará jamás, supongo que fue algo que me merecí, aunque aprendí a a ser más consecuente... y ese era el único lado bueno de la historia.
También me disculpé con Anne, a pesar de mi terrible orgullo, pedí disculpas a mi amiga y esta las aceptó rápidamente, me apoyó en todo lo que vino después, y en fin, pocos meses después aquello fue olvidado.
Nada que no haya ocurrido antes en cualquier otra parte del mundo con otras dos personas...

''En la vida no hay ni premios ni castigos, solo consecuencias''.